Tras día y medio de viaje llegaba a Kara (Togo) un
grupo de jóvenes de Juniors MD formado por su consiliario, Virgilio González,
el presiente, Pedro Andrés, seis educadores de diferentes centros Juniors de
nuestra diócesis y el seminarista José Gómez.
Visitamos este país africano para desarrollar una
nueva etapa del Projecte Juniors Togo, que se inició en 2009 y tiene como
objetivo la colaboración, tanto formativa como económica, con el movimiento
juvenil togolés CV-AV Coeurs vaillants - Âmes vaillants (Corazones valientes –
Almas valientes).
Una vez en Kara nos acogieron los padres salesianos
de la comunidad Don Bosco. Durante nuestra estancia realizamos una semana de formación de
acompañantes CV-AV en la que participaron unos noventa jóvenes. Tratando temas
como Identidad del movimiento, Resolución de conflictos, Higiene,
Espiritualidad y Animación, entre otros. Después de esta semana de formación
nuestra tarea fue visitar los cuatro campamentos realizados por los diversos
sectores territoriales. Fueron cuatro los campamentos que visitamos, en los
cuales participaron varios centenares de niños. También apuntar que previamente
al viaje se realizó un envío de dinero para que todo el coste económico de los
campamentos no callera íntegramente sobre las familias de los niños. Así mismo
también llevamos en nuestras maletas gran cantidad de material escolar,
juguetes y medicamentos, que repartimos por los diferentes sectores del CV-AV y
por los orfanatos que regentan los salesianos.
Personalmente para mí ha sido una experiencia muy
enriquecedora. En ella he podido comprobar que esa Alegría del Evangelio en la
que tanto insiste el Papa Francisco se puede ver y tocar, no es un concepto
abstracto. La sencillez y acogida de sus gentes recuerda a la sencillez y acogida
de los diferentes personajes del evangelio. Muchos misioneros hablan del “virus
de África” un virus que no afecta a la salud pero si engancha mente y alma. Yo
pienso que es mucho lo que me traigo de la gente de Togo, pero también es
verdad que ahora una parte de mí y de mi historia se ha quedado en Togo.
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