martes, 18 de febrero de 2014

La Inmaculada de Vicente López




Este lienzo, que preside la capilla de los latinos del Seminario de Moncada, se ajusta también al denominado modelo definitivo de representación de la Inmaculada Concepción.
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La Virgen ocupa el centro de la composición, representada como la Mujer Apocalíptica, coronada de estrellas, en pie sobre la luna, —un creciente con las puntas hacia arriba, también transparente—, y como aplastando la serpiente, más bien un monstruo con alas de murciélago y cola de dragón que, enroscándose en la luna, ofrece entre sus mandíbulas el fruto prohibido representado en la forma tradicional de una manzana. Sus vestiduras revelan asimismo una clara influencia murillesca, asimilada, sin duda, a través de Maella. Lleva la característica túnica blanca, cubierta con manto azul y una especie de velo o mantilla ocre que, en este caso, cubre y recoge sus cabellos. A destacar el tratamiento de estos vestidos, así como los tornasoles y veladuras de los drapeados.

El rostro de la Virgen expresa recogida unción, sus manos, unidas en gesto de plegaria, se ladean hacia la derecha, actitud muy característica de algunas Inmaculadas de Maella, de clara inspiración murillesca. Sobre su cabeza figura, como es habitual, el Espíritu Santo. Un resplandor dorado irradiando de éste, ilumina a la Virgen. Varios querubines, en torno al Espíritu Santo, junto a otros ángeles infantes y mancebos, en la zona inferior, acompañan a la Inmaculada, completando la composición. Sobresale, también en esta ocasión, el angelillo que, en la parte derecha, a los pies de la Virgen, levanta su manto así como el ángel mancebo que, en la parte izquierda, soporta un canastillo de frutas sobre su cabeza, elemento muy característico, según ya se ha dicho de estas representaciones religiosas de López. 

Hasta 1936 se conservó, en la antigua sede del seminario conciliar, en Valencia, otro lienzo de la Inmaculada Concepción, acaso algo anterior a esta otra, que ofrecía la particularidad de aparecer la Virgen rodeada de ángeles y, a sus pies, las figuras arrodilladas, de más de medio cuerpo, de san Francisco de Asís y san Bernardo de Alzira; la conocemos gracias a la fotografía que se incluye en la monografía de A. Momparler Rosado. 

Llorens, Margarita - Catala, Miguel Ángel.  La Inmaculada Concepción en la historia,  la literatura el arte del pueblo valenciano

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