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- "Sueños demasiado grandes para nuestra
talla pesan a veces sobre nuestras espaldas:
sueños de conquistador, de santo, de
descubridor; sueños que fueron realidad
en un Gengis-Khan o en un Francisco de
Asís.
- No debemos avergonzarnos de ser sencillamente lo
que somos.
- La aventura más prodigiosa es nuestra
propia vida. Y esa está hecha a nuestra
medida.
- Aventura breve: treinta, cincuenta, ochenta
años quizá, que será
necesario superar duramente, aparejados como un
velero que tiene por meta esa estrella en alta
mar, que es nuestra morada única y
nuestra única esperanza.
- ¡Qué importan los ladridos de perro;
las tempestades o las calmas, si existe esa
estrella! Sin ella no habría más
remedio que escupir el alma y destruirse de
desesperación. Pero su luz brilla y su
meta convierte la vida humana en una aventura
más maravillosa que la conquista de un
nuevo mundo o el curso de una
nebulosa.
- Nos basta marchar hacia nuestro Dios para estar
a la altura del Infinito. Esto solo justifica
todos nuestros ensueños."
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